#YoSoy132; DEL OLVIDO A LA DERROTA

Pronunciamento #YoSoy132 Coahuila

En virtud del silencio e indiferencia con que 132 a manejado nuestras diversas solicitudes como células independientes y colectivos ciudadanos, queremos manifestar nuestra inconformidad con dicho movimiento a nivel global.
132 no es ni debe ser un ente abstracto erigido a partir de criterios particularizantes. Muy al contrario, debe aspirar a ejercer procesos verdaderamente democratizadores y en ese proceso, debe implementar acciones firmes encaminadas a garantizar la participación de todos y cada uno de los ciudadanos y colectivos ciudadanos sin necesidad de que los mismos formen parte de la AGI ni de sus células “oficiales».
La actitud ególatra de la organización de 132 no solamente está dando un ejemplo claro de desvinculación e incomunicación, sino de retroceso tanto cuantitativo como cualitativo en el quehacer de construcción de ciudadanía encaminada a la plena conformación de cauces democratizadores que por otra parte no deben ser patrimonio de unos cuántos.
La lucha social o es de todos o queda huérfana, siempre lo hemos dicho y lo volvemos a sostener.
Las especulaciones en torno a que 132 se deba convertir en una federación contradicen por completo el espíritu de inclusión que debiera ya permear los ánimos de todos sus componentes. Dussel afirmó hace unos días que era recomendable que 132 se conformara en Federación; noción más que extrafalaria, improcedente e ineficaz. Puesto que al hablar de Federalizarnos, hablamos de anclar con más fuerza el centralismo y la burocratización de un movimiento que se mantiene de por sí y lamentablemente hermético. Además de que el mismo teórico por otra parte sugiere la idea de que necesariamente esta centralización deba estar solventada por una o varias figuras como líderes del movimiento, al poner como ejemplo a Camila Vallejo.
132 sólo llama a la sociedad a unirse a su causa, a aplaudirles, a hablar de ellos como los héroes valientes que la juventud de México esperaba para protestar, desconociendo de antemano el esfuerzo de muchos colectivos con mucha mayor antigüedad en el activismo social en contra de los desplantes, intrigas, crímenes y fraudes del régimen. 132 no convoca a nadie a trabajar hombro con hombro en la construcción de un mejor México, no. 132 Está convocado a su novena edición de la AGI prefijando los roles que cada fracción deberá cumplir, como si estuviéramos muy al estilo del PRI y su estructura de funcionamiento: por acá las células, por acá los voceros, por allá los ciudadanos simpatizantes y más allá los observadores (sólo les faltó asignar el espacio para sus porras oficiales-.
Y considerando que no están tomando en cuenta a los colectivos ciudadanos que tenemos propuestas concretas para 132 como movimiento de todos, estamos adivinando que entonces el proceso democrático de su Asamblea General InterUniversitaria  no deja de ser más que un parapeto mediático, a favor del cerco informativo que les ha beneficiado por parte de los medios nacionales de comunicación, quines por otra parte han hecho a un lado la labor emprendida por otros tantos colectivos y asociaciones, colgándole entonces todos los milagritos -sobre todo los de éxito- a 132. Movimiento que está de más señalar de nueva cuenta ha nacido en cuna de oro y sus componentes “oficiales» se comportan como si cada uno fuera heredero del Rey Sol -Luis XIV de Francia, para los despistados-.
Los colectivos sociales, las células independientes de 132 y los ciudadanos en sí, en pleno uso de nuestro derecho a auto definirnos #YoSoy132 pésele a quien le pese, exigimos a los organizadores de la 9na Asamblea General Inter Universitaria (AGI) que se llevará a cabo en Saltillo los próximos días 8 y 9 de septiembre, que garanticen tanto a los colectivos como a los ciudadanos su derecho a Voz y Voto durante el transcurso de la misma. Exigimos también que este derecho a voz y voto sea establecido desde la agenda misma y no por turnos o a “haber» quién levanta la mano.
Esta exigencia la extendemos por igual a la misma AGI y sus células en todo el país. Y la misma exigencia contempla de antemano rechazar el consabido argumento de “en la AGI lo resolvemos» ; ya no queremos atole con el dedo. O nos garantizan de antemano o demuestran su cerrazón ante la inminencia de democratizarse o morir.
Si esta solicitud no obtiene la respuesta adecuada por parte de 132 y su AGI, previa a la Asamblea en Saltillo, muchos colectivos y células independientes nos deslindamos de antemano de participar en dicha representación absurda y vacía de democracia.
Cabe destacar que tenemos más de una semana intentando establecer el dia´logo con diversas instancias de 132 a nivel local, regional y nacional, y todos nos han contestado con evasivas o simplemente no nos han contestado, dejando en claro ue hay cero interés en escuchar las voces que no sean las propias. Ante la simple pregunta, llana y abierta: ¿aperturarán la agi a la participación de colectivos y ciudadanos con derecho a voz y voto para hacer crecer este movimiento o se quedarán con su fiesta de petit comité esperando que todos los presentes les aplaudamos al final? No han sabido decir simplemente un Sí o un No.
Atentamente.- 
#YoSoy132Coahuila
Célula Independiente
Twitter:@YoSoy132Coahuila
Portavoz: Alejandro Esparza Farías.
Nota: denunciamos al mismo tiempo el acoso por parte de algunas células como 132Saltillo y una llamada 132coahuilaofi, quienes se han dedicado a difamar nuestras acciones y desacreditar nuestros canales de comunicación.

SE LE CAYÓ EL TEATRITO

Cuando todo parecía que la obra entraba a su final ya previsto, de pronto el telón se cayó, el escenario quedó al desnudo y los actores mostraron sus rostros sin la máscara del carnaval con la que festinaban la historia de un pueblo adormilado.

El público, la mayoría jóvenes, protestó ante la mascarada que ya se tenía prevista, lanzaron gritos y acusaron de engañarlos y disimular su papel más allá del guión escrito.

Cuando el telón se vino abajo, el personaje principal de la obra pasó de la sorpresa a la incredulidad. Desencajada, en su cara reflejaba el no saber qué hacer cuando se sale del libreto. Los gritos del público al verlo fuera de su papel como el seguro heredero de la silla presidencial, lo desubicaron y no sabía qué hacer, si reír, saludar, contestarles o decir algo. ¿Pero qué?, se preguntaba.

Había creído en las loas de los críticos de teatro que todos los días, sin mayor pretexto, lo habían ensalzado por encima de los mortales destacando sus cualidades extraordinarias en sus artículos, columnas, en sus programas de radio, televisión y en los periódicos. Creía que el escenario, hecho a su medida por el mejor sastre mediático, era tan bueno que podía resistir cualquier vendaval imprevisto y engañar al público haciéndolo pasar como la realidad.

No era cualquier cosa haber pagado a la compañía multimedia más de miles de millones de pesos, bajo la promesa de que todos saldrían ganando y que su imagen jamás seria dañada porque tendría una capa de protección a prueba de desastres.

Para eso les había pagado muchísimo dinero los últimos seis años, para que los profesionales de los escenarios, de las imágenes, de las historias de finales rosas, hicieran su trabajo y lo convirtieran en el personaje de una historia con final feliz, con una esposa de telenovela.

Todo iba bien para el principal protagonista. Apoyado por la mejor empresa de imágenes y la mejor tecnología, ofrecía al público una historia prometedora, con grandes expectativas para el futuro y sus diálogos eran fluidos. Cuando se atoraba en algo, si se le olvidaba una parte del guión, le ayudaban con un audífono minúsculo o una moderna pantalla invisible para el auditorio en el cual le decían que hacer.

Un día, sin embargo, ocurrió algo imprevisto. En una de las funciones dedicadas a jóvenes universitarios quiso improvisar y se salió del script, sintiéndose muy seguro de sí mismo. Las protestas vinieron de inmediato y, aunque llevaba a sus invitados, el auditorio se desbordó hasta que provocó la caída del telón.
Nadie pudo ayudarle. Trató de calmar los ánimos y le fue peor. Salió por detrás del escenario y lo siguieron los jóvenes que lo habían descubierto. La mascarada se había terminado. No era un actor, sino el responsable de represiones, corrupción y mentiras.

Corrió por pasillos, oficinas y hasta se escondió en los baños. Sus guardias lo protegieron de los jóvenes que le gritaban de todo. Desencajado, su rostro era grabado por muchos de los estudiantes que fueron acusados de agitadores profesionales por aquellos corifeos que salieron a defenderlo en radio, televisión y periódicos.
Pero ya era tarde. Caído el telón, el personaje principal de la representación ya no era creíble, su papel había terminado.

Dolido, días después trato de retomar su papel, subió de nuevo al escenario, pero ya se le veía diferente, balbuceaba cuando hablaba y su cara ya no mostraba la misma sonrisa que tanto tiempo le había constado construir.

Para las siguientes representaciones llevó a sus guardias cebados por el rencor. Cada vez que un joven se atrevía a protestar por la mala actuación en algunas de sus presentaciones, lo callaban a golpes y amenazas.

La puesta en escena había cambiado a la mitad de la temporada. El público ya no le creyó su historia y la sonrisa del actor principal cambió por una mueca.

El menosprecio de Peña Nieto

Proceso.