DEFINICIÓN DE POSTURA #YoSoy132

Estudiantes del CIDE, ITAM y de “Yo soy 132″ definen sus posturas

El pasado 29 de mayo tanto alumnos del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) e  integrantes de “Yo Soy132″presentaron sus posicionamientos respecto al rol que desempeñarán como parte de dicho movimiento.

Los alumnos del ITAM votaron a favor de mantenerse en el movimiento, pero sinasumir la posición anti-Peña Nieto, que el movimiento “Yo Soy132″ adoptó el pasado fin de semana durante una reunión de la Coordinación Interuniversitaria en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco.

En una asamblea que duró aproximadamente cuatro horas, estudiantes del ITAM decidieron la medida por votación y aclararon que este deslinde no implica dejar de ser parte del movimiento y que seguirán defendiendo la democratización de los medios de comunicación.

Mientras que los alumnos del CIDE redactaron un documento que establece la base de su trabajo; en él declaran su oposición al proyecto político de la coalición Compromiso por México (PRI-PVEM), al considerar que actúa contra los principios que ellos defienden.

Sobre Enrique Peña Nieto, rechazaron categóricamente  su “Manifiesto por una Presidencia Democrática al considerar  que lo que propone son derechos y obligaciones constitucionales que todo funcionario público está obligado a cumplir.

En el manifiesto, los estudiantes del CIDE también declararon tener simpatías partidistas diversas y, por tanto, no coincidir en el apoyo a un candidato en particular. “Pese a ello, tenemos ideas en común que nos impulsan a unirnos a esta causa… Creemos que el movimiento debe ser pluralLas voces estudiantiles, si bien organizadas, no deben ser homogeneizadas“, en alusión a la decisión de “Yo soy 132″ (@YoSoy132) de asumirse como un medio anti-Peña.

Asimismo, dijeron que no pueden “exigir una completa imparcialidad en las líneas editoriales de los medios de comunicación“, pues “no buscamos controlar la opinión de los medios, sino permitir que se escuchen más voces” que no respondan al control de un partido político.

Los integrante de “Yo soy 132″ del CIDE exigen, además, un tercer debate entre candidatos presidenciales que sea transmitido en cadena nacional organizado por las universidades y que permita la participación de los ciudadanos, así como transparentar el gasto de los partidos políticos en sus campañas.

Asimismo, rechazaron la propuesta de que los votos sean contabilizados por estudiantes, pues explicaron, el conteo de votos es una obligación constitucional que compete al IFE, aunque sí apoyaron su participación como observadores electorales.

Aquí puedes leer íntegro el manifiesto de “CIDE-132″.

“Manifiesto 132″

Ayer el movimiento “Yo soy 132″ también dio a conocer su manifiesto,  a través de su página yosoy132.mx, en el cual expresa su postura ante la vida política y social de México, así como sus exigencias.

Exigen la transmisión en cadena nacional del  debate entre los candidatos a la Presidencia de la República, asimismo mantienen su petición de democratización de los medios,seguridad, abrir el debate a los jóvenes, entre otras.

En el manifiesto también se unen a la víctimas de Atenco, del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, las minorías sexuales, trabajadores explotados, víctimas de feminicidios, así como a los pueblos indígenas en resistencia.

Llaman a la sociedad, con énfasis en los jóvenes,  a sumarse al movimiento y a hacer suyo su pliego petitorio.

Aquí el manifiesto:

El sábado 26 de mayo, en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, el movimiento somos más de 131 leyó un manifiesto en el cual definió que uno de sus objetivos es que el ex gobernador del Estado de México no sea presidente de la República.

Tras una sesión de nueve horas, la coordinación integrada por universidades públicas y privadas que forman parte de “Yo soy 132” se pronunció también por continuar la lucha para democratizar los medios de comunicación.

Segundo manifiesto #YoSoy132:

 

PRONUNCIAMIENTO DE #YoSoy132Coahuila

Cuando de pronto descubrimos que el tiempo no se detiene aprendemos también que uno de los significados de la existencia es precisamente valorar este tiempo como una oportunidad irrepetible para sembrar destino.

Es indiscutible que además, ese destino se ha de sembrar con la consciencia de una proyección a priori productiva y sin menoscabo de la creatividad que cada contingencia exige aplicar suceso por suceso, de manera concreta y especial.

Es muy importante que el movimiento #YoSoy132 permanezca sustentado en un apartidismo a toda prueba, pues más que una circunstancia, ser apartidistas nos trae ventajas sustanciales a la hora de definir estrategias y posturas, porque básicamente se trata de ser apartidistas en el sentido de ver por el bien común y colectivo. La responsabilidad de una visión compartida se hace manifiesta y porta su estandarte en el momento mismo en que ser apartidista confiere libertad ciudadana y por tanto, nos permite puntualizar todos aquellos aspectos de la vida social y democrática que son vulnerados, casi siempre, por el ejercicio de un poder político que en México se torna castrante y anti ciudadano.

Debemos ser conscientes de que vivimos en una época delicada y sensible, de trascendencia y definitoria. De aquí en adelante comenzamos a trazar los senderos por los que deberá atravesar  nuestra vida nacional, y una vida nacional se sugiere por antonomasia colectiva. Estamos fraguando una Revolución que debe tornarse en Evolución cotidiana; del pensamiento y el axioma humanitario en pos de la igualdad, no del ahondamiento de divisiones a ultranza por medio de las cuales el único que pierde es México y su gente. Una revolución pacífica y constante, por medio de la cual orientemos los paradigmas que a través de su natural esencia coadyuven al enriquecimiento educativo, cultural, político y comunicacional de todos y cada uno de los habitantes de este territorio mexicano, en la ciudad y en el campo, en las aulas y en las calles, en las oficinas y en las fábricas, en los comercios y en los restaurantes. En los hogares y en las iglesias, en las redes sociales y en la vida in situ. Es la hora de robustecer y hacer efectivo nuestro Estado de Derecho y esto sólo podrá ocurrir con una ciudadanía participativa, crítica y constructiva que obligue al mal gobierno a claudicar de sus tropelías.

Sostenemos desde luego que para ello es necesaria la convergencia y el diálogo entre todos los actores. Sabemos y entendemos que nuestros tiempos exigen menos ambigüedad por parte de los políticos pues exigimos rendición de cuentas, transparencia, respeto a la pluralidad y el disentimiento orientado a construir esa pluralidad con base en el consenso, no del arrebato. De igual forma nuestra demanda por la democratización de los medios masivos de comunicación debe ser una presión disciplinada y severa en cuanto a la vigilancia y exigencia en sí misma. No podemos caer no solamente en provocaciones, sino que debemos entender que los poderes fácticos en nuestro país son muy astutos y si han logrado infiltrarse en el Movimiento, al igual que algunos partidos políticos, ello no deberá significar jamás un rompimiento con nuestra ética y pacifismo.

Nos hemos pronunciado reiteradamente a favor de la verdad y es ahora cuando debemos reasignarnos la convicción de no solo exigirla sino predicarla actuando con absoluta transparencia. La verdad será siempre nuestra mejor defensa, y la verdad nos exige honestidad y congruencia.

Apostemos por contribuir al desarrollo nacional a partir del redimensionamiento de los valores éticos y morales que a toda sociedad comunican aún en medio del marasmo violento de la idiosincrasia absurda que han generado las formas de conducción de los partidos políticos y los medios de comunicación en nuestro país, pues han promovido una mayoría social cimbrada en la desigualdad y obstinación mental. No han apostado por proponer una cultura de ciudadanos críticos, sino dependientes, a quienes al menor pretexto manipulan para que inclusive salgan a las calles para actuar como porros en contra de ciudadanos que son sus iguales. Es decir que al sistema político mexicano no le interesa en lo absoluto patrocinar enfrentamientos entre ciudadanos y envía a ciudadanos a golpear a ciudadanos cuando los ciudadanos agredidos protestan en uso pleno de sus facultades constitucionales y democráticas.

La verdad es que toda temporada electoral debería significar un ejercicio cívico, de análisis y reflexión por parte de todos los ciudadanos, porque aún y a pesar de favoritismos o tendencias por tal o cual partido o candidata (o) la sociedad mexicana lo que debiera es estar cotejando las propuestas de todos los contendientes y no hipnotizada por la absurda andanada mercadotécnica en la que se gastan miles de millones de pesos del erario público, sin mencionar la fervorosa compra del voto y acarreo de ‘militantes’ sin ton ni son. Agregando por supuesto a lo anterior el vertiginoso bombardeo mediático que satura nuestras mentes y nos confunde, al expresar cada medio siempre su propia visión y algunas de esas visiones estar comprometidas de antemano con otros intereses que no son los de los ciudadanos.

Nos pronunciamos categóricamente en desacuerdo con cualquier acto de violencia física y/o estructural, emprendida en contra de cualquier ciudadano pisoteado por ello en sus más elementales derechos; nos pronunciamos por hacer un llamado general a la concordia y a los partidos políticos que se infiltran en las filas de los movimientos ciudadanos apartidistas les exigimos nos dejen actuar con nuestra neutralidad consabida.

La violencia generada en contra de compañeros del movimiento #YoSoy132 que asistieron al Estadio Azteca y en contra de todo compañero ciudadano libre y auténtico es una represión que nos duele, pero sobre todo nos Indigna. No guardaremos reposo hasta que la Justicia en nuestro país sea un acto y un hecho a favor de todos e imparcial. No descansaremos hasta que veamos destruida, piedra sobre piedra, la edificación de mediocridad que medios de comunicación perversos, partidos políticos y gobiernos han construido en torno a nuestra vida pública y en la que han atrincherado a los sectores vulnerables de nuestra sociedad, promulgando en la desigualdad el encono suficiente para que ciudadanos se peleen contra ciudadanos, por el simple hecho de no compartir una preferencia electoral sustentada en la dádiva o la coerción.

La construcción de la democracia no se limita a un ‘ejercicio electoral’ en el cual solamente haya que ir a depositar un voto en la urna, sino en la identificación de nuestra diferencias para subsanarlas y convivir en el uso de nuestra libertad y respeto mutuo y recíproco. México es de todos, menos de quienes solo lo explotan y le mienten.